CARDO MARIANO
Sylibum marianum
El protector del hígado
El cardo mariano es una planta anual llenita de espinas. Tiene hasta 1,5 metros de altura y pertenece a la familia de las compuestas. Los tallos crecen rectos y las hojas son grandes, jaspeadas de blanco y con el borde muy espinoso. Las pencas de las hojas son comestibles. Las flores son moradas y nacen en cabezas rodeadas también de grandes espinas. Su nombre se debe a la leyenda que asegura que fue bajo las hojas de un cardo donde la Virgen María escondió a Jesús de la soldadesca de Herodes y fue la leche de su seno la que salpicó las hojas de blanco.

Cabeza floral del cardo mariano
Gracias a su principio activo, la silimarina, el cardo mariano actúa de forma muy positiva sobre los trastornos del hígado. Ayuda a la regeneración celular del hígado y lo desintoxica, contrarrestando las sustancias tóxicas que le perjudican, como son el alcohol y cierta clase de alimentos.
Además de proteger el hígado, potencia la secreción de bilis. Está indicado en casos de insuficiencia hepática o de cálculos biliares y en otras enfermedades que afectan al hígado como son la hepatitis, la ictericia, la cirrosis o el alcoholismo.
También tiene efecto hemostático, es decir, que ayuda a contener las hemorragias como las que se dan cuando sangra la nariz o en las menstruaciones demasiado profusas.