En: European beech, common beech
Haya centenaria en St. James park, Londres
El haya el un árbol caducifolio de la familia de las fagáceas. Crece muy despacio y vive cientos de años, pudiendo alcanzar los 40 m de altura. Tiene la copa grande, espesa y ovalada. La corteza es gris, lisa, con pequeñas estrías a lo ancho. Las hojas son ovaladas y suavemente dentadas, con los nervios paralelos muy visibles. Tienen una hermosa coloración otoñal, permaneciendo a veces las hojas todo el invierno en la planta. Florece al mismo tiempo que nacen las hojas. Las flores no son muy vistosas y se dan en sexos diferenciados. El fruto, llamado hayuco, contiene dos nueces.
Variedades:
Fagus sylvatica “purpurea” tiene el follaje rojizo que evoluciona desde los tonos rosados hasta el rojo oscuro al final de la temporada.
Fagus sylvatica “fastigiata” tiene porte columnar y por lo tanto necesita menos espacio.
Fagus sylvatica “pendula” tiene las ramas colgantes.
Seto de hayas en los jardines del palacio Wallenstein, de Praga
Habita: en los bosques templados centroeuropeos.
Situación: en cualquier terreno, menos los muy pesados o arcillosos. Mejor si son suelos ligeros, con buen drenaje. Es preferible situar al sol las variedades de hoja rojiza.
Cultivo: como ejemplar aislado puede llegar a ser espectacular, demasiado grande para un jardín mediano. Ocupa mucho espacio y su sombra es tan densa que casi nada crece debajo. También se utilizan ejemplares jóvenes en setos y otras formas de arquitectura vegetal, como arcos y laberintos. Además de su utilidad ornamental, el haya es una especie muy valiosa, tanto por los grandes bosques que forma como por su aprovechamiento económico. De ella se obtiene carbón vegetal y leña en abundancia, la madera se utiliza en ebanistería y los hayucos son un buen alimento para el ganado.
Detalle del tronco de un haya, de nuevo en St. James park, Londres
Poda: en verano se pueden sanear los árboles. Los setos de haya crecen despacio y se podan sólo un par de veces al año, la más tardía en verano para asegurar que estén cubiertos de hojas ocres durante todo el invierno.
Multiplicación: por semilla, sembrando los hayucos en otoño, o mediante los retoños que nacen de la base.
Problemas: es muy sensible a la contaminación, que debilita los ejemplares haciéndolos propensos a enfermedades.
La corteza del haya es bastante lisa, como esta de un haya roja